“Hijos obedecer en el Señor a vuestros padres porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre , que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien y seas de larga vida en la tierra.” Efesios VI, 1-2
Mi abuelo tuvo 12 hermanos, mi papá, 9. Luego mi padre y madre tuvieron 7 hijos entre los cuales me encuentro yo. Ahora, mis hermanos y yo tenemos entre tres y cuatro hijos como máximo. Finalmente la mayoría de mis sobrinos más grandes ya casados, tienen uno y no más de dos hijos. Como podemos darnos cuenta el número de hijos ha ido disminuyendo durante el siglo XX haciendo que las familias sean cada vez menos numerosas. Desde niño escuchaba la broma aquella que decía “que en esos tiempos no había televisión”…. Y después entendí que como no había tv, los matrimonios pasaban más tiempo juntos y el resultado es que había más hijos.
Hoy existen muchas razones por las cuales las familias son menos numerosas, pero parece que ese mal chiste de la falta de TV ha pasado a ser la pura realidad. Claro, hoy, nuestros hogares están invadidos y “comunicados”, “conectados” con todo el mundo, a través de la tv, el cable, la internet, facebook, teléfonos, etc. pero al mismo tiempo aislados e incomunicados al interior de la casa. ¿Te has preguntado qué pasaría si acaso se te ocurre apagar el TV durante la hora del té o la cena?
Por otro lado existen en la TV muchos programas de entrevista, conversación, analistas y especialistas en la vida privada de artistas , chismosos profesionales. ¿Por qué?…. porque la gente casi no habla en casa entonces ve programas en que los otros hablan por él o ella.
El mundo que ofrece internet es tremendamente atractivo, útil e interesante, pero nos demanda tiempo, si yo mismo me envío mails con mi esposa porque no alcanzamos a hablar todo lo que quisiéramos a la llegada a casas después de nuestros trabajos. De hecho entre los amigos no hablan en directo, sino se preguntan “¿A qué hora te conectas?”, y ahí se comunican, incluso se advierten que “se escribirán en el muro” para darse un aviso.
Si bien es cierto que la inmensidad de las telecomunicaciones, a quien culpo de la distancia al interior de la familia, no es responsable exclusiva de la disminución de la natalidad, si es responsable de que los pocos hijos a veces ni alcancen a hablar con sus padres.
Antes los niños aprendían a leer en casa, los hijos seguían el oficio del padre, las madres enseñaban a las hijas a cocinar…….. y todo significaba comunicación y diálogo al interior de la familia.
Recuerdo una vez que me cortaron la luz en la casa por varios días y al mirarnos las caras y no saber qué “ver”…. Comenzamos a hablar e incluso después, jugar ludo, monópoli, y lo mejor fueron las risas al final de cada ocasión.
Te desafío a apagar la tv en momentos en que la familia esté reunida y pregunta a los que te rodean cómo estuvo su día… verás la sorpresa que encontrarás.